lunes, 12 de agosto de 2013
viernes, 19 de abril de 2013
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sábado, 30 de marzo de 2013
Crueldad y fraude en espectáculos con animales
La crueldad y el fraude en los espectáculos con animales
Por Emma D. Saldaña*
Primero, veamos ¿contra quién es el fraude? ¿Contra los animales, quienes jamás aceptarían ni el más estricto cumplimiento de sus reglamentos? ¿Contra nosotros, quienes no aceptamos ni un segundo de su sufrimiento para nuestra diversión?
¡Por supuesto que no! El fraude es para quienes dejan en taquilla un dinero que les va a redituar una buena dosis de alegría y emoción mientras que seres inocentes son torturados sin piedad. Y lo que es más grotesco y emocionante al mismo tiempo es si uno de los participantes en el festejo resulta muerto o herido de gravedad.
De hecho, las artimañas son el trabajo sucio que puede servir para ganar tramposamente algo, o para no perder la vida cuando se es mediocre y cobarde como en el caso de las corridas de toros.
En verdad, se necesitaría un libro completo para describir la crueldad con los animales. Y para hablar de espectáculos crueles, podríamos iniciar desde el dolor y el maltrato que viven los indefensos animales domésticos a manos de sus propios dueños; y que son un espectáculo cruel que genera angustia e impotencia en vecinos, en amigos y hasta en familiares.
Animales que permanecen en patios y azoteas sin misericordia bajo la lluvia, el granizo y el candente sol sin protección y sin una gota de agua para saciar su sed.
Pero vayamos a los espectáculos de crueldad que se montan para lucrar, para realizar apuestas o simplemente para divertir y satisfacer el sadismo de los humanos.
Y, por supuesto, también cabe decir que existen espectáculos cuya crueldad permanece escondida, como los circos: donde los animales son torturados con instrumentos apropiados para lograr que hagan sus gracias ante el público y lleven a cabo actuaciones que de ninguna manera les interesaría realizar.
El sufrimiento de los animales de circo existe; es demasiado cruel y es del conocimiento de todas las asociaciones protectoras de animales del mundo. Al igual que los delfines que logran hacer maravillas gracias a puñetazos ocultos.
Tenemos también las aberrantes peleas de perros, prohibidas por ley pero existentes en diferentes partes del Distrito Federal y del resto de la República y denunciadas incluso a través de reportajes en la televisión sin que a las autoridades correspondientes les interese sancionar tales hechos que van desde el destrozo físico de estos animales, hasta el daño mental para niños y jóvenes que son llevados irresponsablemente por sus propios padres a dichos eventos, convirtiéndose estas peleas, también, en espectáculos callejeros sin ninguna sanción.
Asimismo, existen, y con todo el permiso de la ley, las peleas de gallos en los palenques: donde inocentes animales son acondicionados con espuelas postizas que son navajas destructoras para que hagan mayores estragos en sus infelices contrincantes.
Quienes frecuentan estos espectáculos son en su mayoría gente inculta y movida por bajos instintos.
En uno de estos clubes gallísticos se pueden conocer los términos con que se distinguen las diferentes heridas que sufren los gallos en estas peleas tramadas por los humanos.
Describo sólo algunas de ellas:
“Morcillera de cabeza”: Herida que intersecta la región craneana del animal produciendo gran derrame de sangre.
“Morcillera de obispo”: Cuando la herida cercena la aorta del animal.
“Morcillera de viento”: Se presenta con hematoma y llena de aire al animal.
“Nudillo”: La herida que intersecta la traquea del gallo.
“Nudillo de varejón”: Herida que descoyunta el cuello hasta quedar el pico rozando con la arena. Se da el caso de que el gallero aún así avienta al animal para que siga “peleando”.
“Estomaguera”: La herida en la pechuga que agobia de dolor al animal, y debe seguir peleando.
“Ahogadera”: La herida que recibe en el pulmón y debido a ello vomita sangre.
“Pasadera”: El impacto que recibe el gallo en la cabeza; el cual lo anonada al punto de arruinar la vista en uno o ambos ojos.
“Bandeado”: Cuando el gallo recibe una herida en el ojo y la espuela penetra hasta el otro quedando totalmente ciego.
“Botón de catre”: Impacto que recibe el gallo en la parte superior del ojo, inflamándose y quedando tuerto para el combate.
Por esta pequeña descripción, se puede medir el grado de inconsciencia e insensibilidad de las personas que se divierten, lucran o comercian con este infamante espectáculo.
Otra denigrante diversión es la de “los toros coleados”: donde una pobre res es perseguida por varios hombres a caballo hasta que uno de ellos la agarra por la cola y con un fuerte tirón, la derriba causándole varias lesiones, pero el mayor dolor lo siente en la base del rabo que, muchas veces, se fractura por efecto del tirón.
En fin, sabemos que existen otros espectáculos que también tienen crueldad escondida como las carreras de galgos, de caballos, de burros, etc., y aficiones como la cacería, el tiro al pichón, y las tradiciones crueles como la Huamantlada, la San Miguelada, y la tan conocida fiesta para honrar a la Virgen de la Candelaria en Tlacotalpan, estado de Veracruz: en donde de forma brutal, grotesca y sádica torturan por las calles a los toros a pesar de que durante décadas los periódicos regionales y ahora de casi todo el mundo han mostrado crónicas por demás elocuentes y estrujantes como la del reportero Luis Gómez Bello que textualmente dice así:
... “la formidable bestia yacía en el suelo ensangrentada. La turba enardecida golpeaba y golpeaba. Una y otra vez, el noble semental que apenas horas antes pastaba pacíficamente en las llanuras tlacotalpeñas, era flagelado brutalmente y sin piedad por una muchedumbre sedienta de sangre y barbarie, hasta que se levantaba de nuevo”.
Y continúa el reportero… “la sed, el miedo y el cansancio hicieron que sus poderosas patas delanteras se doblaran y se fuera de bruces apenas unos metros delante de la parroquia de San Cristóbal, y a pocos pasos de la parroquia de la Candelaria, en la otrora pacífica plaza Zaragoza que se tiñó con la sangre del toro que a borbotones le escurría de las diversas heridas hechas con saña”.
. . . “nos retiramos de la escena del crimen con un dejo de amargura y con un nudo en la garganta, pero con la esperanza de que esta acción sirva de lección y se tomen medidas para que nunca se repitan”...
Ahora bien, hablemos de un espectáculo cruel, bárbaro y repugnante que se puede dar el lujo de mostrarse en un lugar considerado con orgullo como la plaza de toros más grande del mundo, instalada en pleno centro de la capital de México, y tenemos también plazas de toros en todas las ciudades y pueblos de todos los estados de la República Mexicana; en algunos lugares donde falta hasta una escuela, una biblioteca o un hospital, pero, eso sí, tienen una placita para rendir culto a la barbarie.
Me refiero a las nefastas corridas de toros y como debemos tener presente que sólo estando bien informados se refuerza la necesidad de terminar con las diversiones crueles, mencionaré lo que ocurre durante el show, claro, después de todo el fraude y manipuleo físico que se le aplica al animal antes de salir al ruedo, y durante la faena, a la vista de un público indiferente y sádico.
Pues bien, al salir el toro al ruedo, muestra la primera agresión, pero lógicamente maquillada con listones de colores que identifican la ganadería a la que pertenece (se llama divisa), sólo que la lleva prendida con un arpón de puntas aceradas o un grueso clavo de unos 7 centímetros de largo; teniendo buen cuidado de clavarlo en la articulación de su omóplato, siendo tal vez, lo que los hace renquear a veces desde el principio.
El animal previamente maltratado y con el dolor que le produce la divisa desemboca aterrorizado en la plaza buscando desesperadamente una salida. Hemos tenido pruebas de ello cuando se ve al toro subirse a las tablas queriendo huir. Es en el primer tercio en el que la puya del picador que sale a caballo (tiene forma de pirámide triangular, cortante y punzante) produce grandes destrozos y graves daños en los músculos de la masa común dorsal del toro.
Pero como el castigo es tan brutal, dando varios puyazos y barrenando hacia la región lumbar, se han encontrado heridas tan profundas que penetran el tórax y la pleura con agujeros tan hondos que al examinarlos cabe la mano junto con el antebrazo y el codo de los veterinarios. (Informe emitido por la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la Universidad Nacional Autónoma de México, a través de la Asociación Nacional de Veterinarios Taurinos A. C. Con el título de “Manejo post-traumático del toro de Lidia indultado”, autores MVZ Aja Guardiola S. Y Calva R.B., durante el XIX Congreso Nacional de Buiatria 1995).
Como vemos, lo que debe ser una vara de detener, o sea, una prueba para conocer la capacidad de acometimiento del toro, se convierte en una carnicería, es decir, una lanza de masacrar que produce una herida 5 veces mayor a la que se debería administrar, y cuando el torero le hace señas en clave al picador para que le barrene más arriba con la puya, se llegan a intersectar nervios ópticos que nublan su visión y desbalancean sus remos delanteros. ¿Por qué sucede esto? Porque el empuje del toro y la fuerza del picador (que detiene más tiempo del reglamentario la puya dentro del cuerpo del animal) hacen que los músculos del morrillo se compriman llegando a penetrar hasta 30 centímetros más de lo que normalmente mide la puya.
Y todo lo anterior va precedido, a veces, por los fraudulentos y criminales pases que el torero da con el capote al toro procurando que choque contra las tablas o los burladeros y quede “PARADO”, o como saben los veterinarios y los mismos toreros; queda en estado de shock; siendo toreados algunos animales con fisuras en el cráneo.
Entre paréntesis, el caballo es un animal enfermo y viejo al que le han cortado las cuerdas vocales; le rellenan las orejas con periódico mojado y le vendan los ojos; está temblando de miedo pues lo que sí puede hacer es olfatear al tremendo animal que lo está embistiendo, siendo a veces destripado por los cuernos del toro y cosido en sus 5 sentidos para que rinda otra salida más. El hermoso ejemplar que prestó incondicionalmente sus servicios al hombre recibe como premio ese trágico y doloroso final.
El segundo tercio consiste en clavar al cuerpo del animal 3 pares de banderillas que son 6 arpones de 6 a 8 cm., con el objetivo de seguir torturando y desangrando al toro.
Ya clavadas, resulta difícil que puedan soltarse, y los movimientos nerviosos y desesperados del animal incrementan la pérdida de sangre. Así como el dolor y los desgarres que los arpones producen en sus carnes laceradas.
Según su reglamento, deberá haber 12 pares de banderillas negras cuyo arpón mide el doble de las reglamentarias y, también sé que se siguen aplicando las banderillas de fuego para usarse ante la notoria mansedumbre de una res; éstas llevan una yesca en la punta que al chocar con el cuerpo del toro, se enciende quemando su piel.
El tercer tercio consiste en lo que ellos llaman “la suerte suprema” que es la de matar al toro.
Durante la faena, el toro da muestras de cansancio físico, le baja la presión sanguínea y también pierde líquidos; entra en un proceso descompensatorio de shock.
Con la estocada, el animal tiene una pérdida excesiva de sangre interna, trastornos cardiacos y circulación alterada. Ya dentro de su cuerpo, el estoque cuya curva es llamada “LA MUERTE”, lesionará los tejidos y los órganos internos que se encuentran en la cavidad torácica y, dependiendo de su dirección final, irá contra la aorta, las cavas o venas pulmonares. Si el estoque entra hasta la empuñadura, las muletas de los subalternos inician un trabajo final provocando un continuo girar del animal. El toro cabecea en ambos lados; en su interior, la “MUERTE” hace el efecto de un aspa y destroza venas y arterias.
Lo peor del asunto es que casi nunca muere de una estocada y si después de varios intentos (se han contado hasta 11 estocadas) no ha muerto, vienen los descabellos, es decir, con un estoque que tiene una cruceta a unos 15 centímetros de la punta. Se intentará una o muchas veces (se han contado hasta 17) seccionar el bulbo raquídeo. Si así tampoco muere gracias a la impericia de sus torturadores, entonces saldrá el puntillero y sólo estando el toro echado en la arena, con un cuchillo (llamando puntilla) tratará de ultimarlo, lo cual muchas veces, tampoco logra darle muerte, llegando ésta hasta el momento de destazarlo. Comprobado por las asociaciones protectoras de animales y por la Sra. Luz Nardi, quien fue presidenta de la Asociación Nacional para la Aplicación de Leyes de Protección a los Animales, ANPALPA, y su equipo de veterinarios quienes, durante 25 visitas al destazadero de la plaza México, comprobaron que sólo 1 toro iba muerto.
Si cada día se presentan más y más pruebas abrumadoras e irrefutables del pensamiento de los animales y de que poseen conciencia inteligente, con mayor razón es preocupante y doloroso saber del calvario y muerte que viven la mayoría de los animales a causa de nosotros, los seres humanos.
¿En donde? Increíblemente en el hogar; además de los rastros, los antirrábicos, los laboratorios de experimentación, las escuelas de medicina veterinaria y humana, los circos, las peleas de gallos, las peleas de perros, las carreras de galgos; de caballos y de burros, los toros coleados, los jaripeos, los zoológicos, las fiestas patronales y, por supuesto, las denigrantes corridas de toros; una lacra que durante 479 años, en México, ha distorsionado los sentimientos humanos y el respeto a cualquier ser vivo.
Ojalá que las más altas autoridades de nuestro país tomen en cuenta la opinión del Barón Alejandro de Humboldt quien dijo:
“La crueldad con los animales es signo característico de las naciones degeneradas y de la gente vulgar”.
[* Escrito por Emma Saldaña, autora del Las voces del silencio, para el segundo número de la revista TIEMPO ANIMAL].
jueves, 28 de marzo de 2013
MUERTE Y RETROCEDE
Y si no se te parte el corazón al saber lo que le están haciendo al mundo que amamos, siento lástima por ti, quizás ya no estés vivx. Pero si la muerte del planeta que amamos te hace llorar, entonces coge esas lágrimas y conviértelas en acción. La tierra no nos da lo que necesitamos para vivir simplemente para que sobrevivamos, nos da su energía para que podamos luchar.
No somos un grupo de protesta. No pedimos nada al sistema y a quienes han construido su poder y riqueza sobre la sangre y los huesos de nuestros hermanos animales y nuestra madre Tierra. Solo hay una respuesta ante esa actitud homicida y genocida, la acción directa que destruya la estabilidad económica de la industria que amenaza todo el planeta. No negociaremos con terroristas ni pagaremos el rescate los secuestradores.
jueves, 14 de marzo de 2013
Vegetarianismo y enfermedades cardiovasculares
Así lo demuestran los resultados del nuevo estudio Epic-Oxford de enero del 2013
Con base en los resultados del estudio Epic-Oxford (publicado recientemente en el número de marzo de American Journal of Clinical Nutririon, la más prestigiosa revista científica internacional en temas de nutrición) los vegetarianos tienen menor riesgo de padecer isquemia coronaria, fatal y no fatal.
El estudio se llevó a cabo en un periodo de 16.6 años, implicando a 44.561 sujetos de ambos sexos residentes en el Reino Unido y concluye que los vegetarianos presentan un riesgo reducido de muerte y hopitalización por isquemia de miocardio, en confrontación con los no vegetarianos que consumen carne de animales (de tierra, de aire y de agua) y presentan valores reducidos de presión arterial sistólica y de colesterol.
Se trata del enésimo estudio que confirma como los vegetarianos presentan un riesgo reducido de las principales enfermedades crónicas de la era moderna. Recordemos que estas enfermedades, aparte de ser responsables directas de invalidez y de muerte prematura, han sido inequívocamente reconocidas como factores de riesgo de la más devastadora enfermedad que pueda padecer el ser humano: la demencia. Reducir el riesgo de demencia es posible, protegiéndose de estas enfermedades gracias a una dieta que ha demostrado eficacia, confiabilidad y suficiencia.
http://www.scienzavegetariana.it/news_dett.php?id=1348
http://ajcn.nutrition.org/content/early/2013/01/30/ajcn.112.044073.abstract
martes, 12 de marzo de 2013
http://www.avaaz.org/en/petition/Abolicion_del_Toro_de_la_Vega/
¿QUÉ ES EL TORO DE LA VEGA?
Es una muchedumbre de salvajes que persiguen y acorralan a un toro mientras le hieren con lanzas hasta matarlo. Este infame y cruel espectáculo se celebra cada año en Tordesillas, España. Se celebra desde hace siglos y es considerado uno de los espectáculos taurinos más antiguos de España.
Se trata de otra de las salvajadas heredadas del viejo mundo y que se siguen perpetuando con la bendición de la Iglesia Católica.
Esta legión se salvajes pretenden seguir con sus infames exhibiciones a pesar de que la gente verdaderamente civilizada se opone enérgicamente a este tipo de salvajadas.
Atormentar y matar cobardemente a un animal indefenso no tiene justificación. Y estas bestias salvajes deben saber que no toleraremos más sus excecrables tradiciones. No debemos callarnos ni permanecer de brazos cruzados permitiendo que esta "gente" continúe adelante como si nada.
Estos espectáculos son una vergüenza mundial y no debemos tolerarlos. ¡Basta de tradiciones salvajes! ¡No más al espectáculo infame del Toro de la Vega!