LA LECHE: UN PRODUCTO CRUEL E INSANO
Los productos lácteos son responsables directos de la muerte y el sufrimiento de los terneros, así como de las vacas productoras de leche. LA LECHE NO ES UN PRODUCTO LIBRE DE CRUELDAD.
El objetivo de este
artículo es, desmentir los mitos existentes sobre los lácteos y
entregarte información actualizada y científicamente respaldada por
importantes organismos de Salud Mundial. Eso sí, sólo se hablará de la
perspectiva nutricional ya que hay un capítulo en particular que se refiere a
la industria en sí misma:
· Procesos para la obtención
de leche,
· Su consecuente maltrato
hacia las vacas y terneros,
· La
desinformación sistemática de la sociedad respecto a estas prácticas
cotidianas.
La leche de vaca está adaptada a las
necesidades nutricionales de los terneros, que, a diferencia de
los bebés humanos, doblan su peso en 47 días (para los
humanos son 180 días), desarrollan cuatro estómagos, y pesan
1100-1200 libras en dos años. La leche de vaca contiene unas tres
veces la cantidad de proteína de la leche humana y casi un 50% más de grasa.
Ninguna especie además de la humana bebe leche
después de la infancia, y ninguna especie bebe la leche de otra especie (excepto los gatos y perros
domésticos, que aprenden el hábito de los humanos).
Después de los cuatro años de edad, la mayoría de las personas
desarrollan intolerancia a la lactosa, imposibilidad de digerir el
carbohidrato lactosa (presente en la leche), debido a que dejan de sintetizar
la enzima digestiva lactasa.
¿Pero nuestra salud?
¡Nuestros niños necesitan
calcio…!
Es cierto que los lácteos son una buena fuente de calcio, pero también
lo son las hortalizas de hoja verde (como el brócoli y las alcachofas ), las
legumbres, patatas, champiñones, frutos secos y semillas , aparte de las
algas , que son el alimento más rico.
Estos alimentos logran satisfacer TODAS nuestras necesidades
nutricionales y, lo más importante, SIN RIESGOS PARA TU SALUD.
El prestigioso Dr. Michael Klaper afirma que:
“Los seres humanos no tienen absolutamente ninguna necesidad
nutricional de la leche de vaca”.
El "Proyecto
China" ,
el mayor estudio a largo plazo sobre la relación de la dieta y la salud,
dirigido por el Dr. Colin Campbell de la Universidad de Cornell en
los Estados Unidos, arrojo interesantes resultados: se ha
demostrado que los países del tercer mundo (generalmente en África y
Asia ) donde culturalmente jamás han consumido lácteos, no padecen
osteoporosis y otras enfermedades relacionadas; cuando adoptan los
hábitos occidentales, empiezan a desarrollar los mismos problemas de salud
que afectan a nuestras sociedades.
"Contrariamente a las pretensiones de la industria láctea, esta pérdida
ósea no es prevenida o detenida por un aumento del consumo de calcio tanto
como por un descenso en el consumo proteico (...). Los alimentos
ricos en proteína animal, como la carne, los huevos y los lácteos, lixivian
calcio del organismo para neutralizar los subproductos ácidos resultantes de
la descomposición del exceso de proteínas; esto provoca una pérdida neta
de calcio. (…). A pesar de que la leche tiene mucho calcio, este calcio no es
aprovechado convenientemente por nuestro organismo (en cambio un ternero sí
lo puede aprovechar de forma correcta).
Se han encontrado pruebas científicas sobre los riesgos de
salud que conllevan el consumo de leche de vaca. Estos problemas son provocados
por las proteínas, el azúcar, la grasa y los contaminantes que contienen los
lácteos. La lista de problemas asociados es interminable, destacando:
·
Alergias,
·
Infecciones
de amígdalas y oído,
·
Asma,
·
Anemia,
·
Diabetes
juvenil,
·
Enfermedades
coronarias,
·
Artritismo,
·
Sinusitis,
·
Leucemia,
·
Cáncer
(de colon, próstata, pecho, ovarios y recto),
·
Esclerosis
múltiple,
·
Osteoporosis,
·
Cataratas,
etc.
¿Qué hay de malo en los
productos lácteos?
A continuación te presentamos un texto que es original del PCRM,
siglas del Physicians Committee for Responsible Medicine (Comité
de Médicos por una Medicina Responsable) (http://www.pcrm.org). Este comité
estadounidense es una organización sin ánimo de lucro que fue fundada en 1985
y está apoyada por alrededor de 5.000 médicos y 100.000 seguidores. Entre sus
recomendaciones figura la dieta vegetariana sin lácteos (vegana).
1.-
Preocupaciones de Salud en Bebés y Niños
Las proteínas, el azúcar de la leche y la grasa saturada de
los lácteos pueden representar riesgos de salud para los niños y
conducir al desarrollo de enfermedades crónicas tales como obesidad, diabetes
y formación de placas ateroscleróticas que pueden conducir a problemas
cardíacos.
La Academia Americana de Pediatría recomienda que los bebés menores de un
año no reciban leche entera de vaca, ya que la deficiencia
de hierro es más probable con una dieta rica en lácteos. Los
derivados de la leche de vaca son muy bajos en hierro. Si se convierten en una
parte principal de la dieta, la deficiencia de hierro es más probable. Los
cólicos son una preocupación adicional en relación con el consumo de leche. Uno
de cada cinco bebés sufre cólicos. Los pediatras aprendieron hace
tiempo que la leche de vaca era la razón.
Ahora se sabe que las madres que amamantan pueden tener bebés
propensos a cólicos si dichas madres consumen leche de vaca. Los anticuerpos
de las vacas pueden pasar del flujo sanguíneo de la madre a la leche de su
pecho y así al bebé. Además, las alergias a los alimentos parecen ser
un resultado común del consumo de leche, particularmente en los niños.
Un reciente estudio también asoció el consumo de leche de vaca al
estreñimiento crónico en los niños. Los investigadores sugieren que
el consumo de leche produce llagas perianales y dolor agudo al defecar,
conduciendo al estreñimiento.
El 90% de los pacientes de asma que fueron sometidos
a una dieta totalmente vegetariana (sin carne, huevos o lácteos)
experimentaron grandes mejorías en la frecuencia e intensidad de sus ataques (6).
Según la Academia Americana de Alergias, Asma e
Inmunología, la leche es la primera causa de alergias
alimentarias en los niños, provocando síntomas tan diversos como mucosidad
nasal etc.
2.-
Osteoporosis
La leche se recomienda para prevenir la osteoporosis, aunque la
investigación clínica muestra que esto no es cierto. El Estudio
de Salud de Enfermeras de Harvard , que siguió a más de 75.000
mujeres durante 12 años, mostró que el aumento en el consumo de leche no
tiene un efecto protector sobre el riesgo de fracturas. De hecho, el consumo
superior de calcio procedente de los lácteos estaba asociado a un mayor
riesgo de fracturas. Un estudio australiano obtuvo los mismos resultados.
Además, otros estudios han demostrado que no hay ningún efecto protector de
calcio lácteo sobre los huesos. Se puede reducir el riesgo de osteoporosis
reduciendo el consumo de sodio y proteína animal en la dieta, aumentando el
consumo de frutas y verduras, haciendo ejercicio , y asegurando un adecuado
consumo de calcio procedente de vegetales tales como las hortalizas de hoja
verde y las legumbres, así como productos enriquecidos con calcio como los
cereales de desayuno y algunos jugos.
3.-
Enfermedades Cardiovasculares
Los productos lácteos -que incluyen quesos, helados, leche,
mantequilla y yogurt - aportan cantidades importantes de colesterol y grasa a
la dieta. Las dietas ricas en grasa y grasas saturadas pueden aumentar el
riesgo de diversas enfermedades crónicas como son las enfermedades
cardiovasculares. Una dieta vegetariana baja en grasas que elimine los
lácteos, en combinación con el ejercicio, dejar de fumar, y combatir el
estrés, permite no solo prevenir los problemas cardiacos, sino también
recuperarse de ellos.
Robert Cohen, autor de
"Leche: el Veneno Mortal", estima que, cuando el americano medio llega a los 50 años, ha
consumido la misma cantidad de colesterol procedente de los lácteos que el
contenido en 1 millón de lonchas de bacon (2).
4.- Cáncer
Diversos tipos de cáncer, como el de ovario, han sido
relacionados con el consumo de lácteos. El azúcar de la leche, la lactosa, se
descompone en el organismo en otro azúcar, la galactosa . A su vez, la
galactosa se descompone más por la acción de las enzimas. Según un estudio
del Dr. Daniel Cramer y sus colegas de Harvard ,
cuando el consumo de lácteos excede la capacidad de las enzimas de
descomponer la galactosa, pueda acumularse en la sangre y pueda afectar a los
ovarios femeninos. Algunas mujeres tienen niveles particularmente bajos de
estas enzimas, y cuando consumen lácteos de forma regular, su riesgo de padecer
cáncer de ovario puede alcanzar el triple que en otras mujeres.
Los cánceres de mama y próstata también han
sido relacionados con el consumo se lácteos, presumiblemente
asociado, al menos en parte, al aumento de una sustancia llamada factor de
crecimiento similar a la insulina (IGF-1). El IGF-1 se encuentra en la leche
de vaca y se ha demostrado que aparece en niveles superiores en la sangre de
individuos que consumen lácteos de forma regular. Otros nutrientes que
aumentan el IGF-1 se hallan también en la leche de vaca. Un reciente estudio
demostró que los hombres que poseían los mayores niveles de IGF-1 tenían más
de cuatro veces el riesgo de cáncer de próstata en comparación con aquellos
que poseían los niveles más bajos.
5.-
Diabetes
La Diabetes dependiente de insulina (tipo I o inducida en la
infancia) está asociada al consumo de lácteos. Estudios epidemiológicos de
diversos países muestran una fuerte correlación entre el uso de lácteos y la
incidencia de esta diabetes. Los investigadores descubrieron en 1992 que una
proteína específica de los lácteos provoca una reacción autoinmune, que se
sospecha que es lo que destruye las células productoras de insulinas del
páncreas.
6.-
Intolerancia a la lactosa
La intolerancia a la lactosa es común en muchas poblaciones, afectando
en Norteamérica aproximadamente al 95% de los asiáticos, al 74% de los
nativos americanos , al 70% de los africanos , al 53% de los mexicanos ,
y al 15% de los caucásicos . Los síntomas, que incluyen molestias
gastrointestinales, diarrea y flatulencia, suceden porque estos individuos no
poseen las enzimas que digieren la lactosa. Además, aparte de estos síntomas
no deseados, los bebedores de leche se están también arriesgando a
desarrollar otras enfermedades crónicas y dolencias.
7.-
Toxicidad de la Vitamina D
El consumo de leche puede que no proporcione una fuente consistente y
fiable de vitamina D en la dieta. En los muestreos de leche se han encontrado
variaciones significativas en el contenido de vitamina D, con algunas muestras
que presentan hasta 500 veces el nivel indicado, mientras que otras poseían
poca o ninguna. Un exceso de vitamina D puede ser tóxico y puede
provocar niveles excesivos de calcio en la sangre y en la orina, una
absorción superior de aluminio por el organismo y depósitos de calcio en los
tejidos blandos.
8.-
Contaminantes
Se suelen utilizar comúnmente hormonas sintéticas como la hormona de
crecimiento bovino recombinante (rBGH) para las vacas lecheras con el fin de
aumentar la producción de leche. Cuyos fabricantes dicen que aumenta la
producción de la vaca en un 20%. Eso no es todo. Según la advertencia gubernamental
que, por ley, debe acompañar los paquetes de la BGH de la
empresa Monsanto, el uso de esta hormona "ha sido asociado con incrementos
de quistes ováricos y desórdenes del útero" y puede aumentar el
número de vacas aquejadas de mastitis (11). Las tasas superiores de
infecciones en las vacas han conducido al aumento en el uso de antibióticos -
en un momento en que los científicos dicen que el abuso de antibióticos ha
provocado que cada vez más cepas de bacterias se vuelvan resistentes a los medicamentos. La Unión de
Consumidores, que publica la revista Consumer Reports, advierte que unas tasas superiores de infección
en las vacas también significan mayor presencia de pus en la leche que se
consume (12). Algunos investigadores también desconfían de los
efectos a largo plazo del consumo de leche de vacas tratadas con BGH. Por
ejemplo, el Dr. Samuel Epstein, profesor de sanidad ambiental en la
Escuela de Salud Pública de la Universidad de Illinois, cree
que dicha leche podría aumentar el riesgo de ciertos tipos de cáncer
en los humanos (13).
Como puedes ver, la
creencia popular de que los lácteos son
el "alimento perfecto" ya no se encuentra dentro de los estamentos de la ciencia y medicina. ¡¡¡Incluso, son considerados peligrosos para la salud!!!
Es una vida de vacas
Las vacas de nuestras granjas actuales viven sólo unos 4 o 5
años, en contraposición a la esperanza de vida de 20-25 años que gozaban
las vacas de épocas anteriores. Para mantener a los animales en altos niveles
de productividad, los lecheros las mantienen constantemente
embarazadas mediante la aplicación de la inseminación artificial.
Los granjeros también usan una gama de drogas, como la hormona de
crecimiento bovino (BGH); la prostaglandina, que se usa para provocar el
celo a la vaca cuando el granjero desea que sea inseminada; antibióticos;
e incluso tranquilizantes, para influenciar la productividad y el
comportamiento de las vacas.
¿Qué le sucede al ternero?
Quizás el mayor dolor sufrido por las vacas de la industria lechera es
la repetida pérdida de sus crías. Los machos son generalmente apartados de
sus madres en las primeras 24 horas y vendidos por subasta para la
escandalosa industria de la ternera o a los productores de vacuno. Si se mata
la ternera de joven, su cuarto estómago es también usado en la elaboración
del queso; contiene renina, un enzima usado para cuajar (o coagular) la leche
y convertirla en queso. El cuajo, de cuya membrana es un extracto la renina,
también puede ser usado en este proceso. Es posible producir queso sin cuajo
(disponible en tiendas de dietética), pero la íntima conexión entre las
industrias lecheras, cárnicas y peleteras hacen que sea más barato para los
productores de queso usar despojos de ternero que un enzima de origen
vegetal. Tras 60 días, la vaca será embarazada de nuevo. Durante unos siete
meses de sus siguientes nueve meses de embarazo, a la vaca le seguirán
ordeñando la leche destinada para su ternero anterior. Una típica vaca
lechera industrial parirá tres o cuatro veces en su corta vida. Cuando su
producción de leche decae, es enviada al matadero.
Referencias:
(1) Dana Wood, W, Nov.
1996, p. 114.
(2) Robert Cohen, “Milk:
The Deadly Poison,” Earth Island Journal, Summer (Southern
Hemisphere) 1997-98, p. 19.
(3) “Calcium: High
Intakes May Double Hip Fracture Rates,” Lunar Osteoporosis Update, Nov. 1997.
(4) Neal Barnard, M.D., Eat
Right, Live Longer (New York: Harmony Books, 1995), p.162.
(5) John A. McDougall,
M.D., and Mary A. McDougall, The McDougall Plan (Piscataway, N.J.: New
Century Publishers, Inc., 1983), p. 52.
(6) John Robbins, Diet
for a New America (Walpole, N.H.: Stillpoint Publishing, 1987), p.300.
(7) “Some Doctors Can’t
Swallow ‘Drink Your Milk’ Admonition,” Las Vegas Review-Journal, 8
Mar. 1996.
(8) McDougall, op.cit.,
pp. 49-50.
(9) Jack Anderson and
Dale Van Atta, “Stray Voltage Killing U.S. Dairy Cows,” The Washington Post,
9 Aug. 1989.
(10) Marla Cone, “State
Dairy Farms Try to Clean Up Their Act,” Los Angeles Times, 28 Apr.
1998, p. A1.
(11) The Humane Farming
Association, “Special Report: Bovine Growth Hormone,” 1994.
(12) Kathleen Day,
“Dairy, Consumer Groups Udderly at Odds on Cow Hormone,” The Washington Post,
2 May 1995, p. D1.
(13) Anita Manning, “Risk
of Cancer Debated,” USA Today, 23 Jan. 1996, p. 1D.
*Fuente: PETA (Personas
por un Trato Ético hacia los animales)
LA LECHE: UN PRODUCTO CRUEL E INSANO
Los productos lácteos son responsables directos de la muerte y el sufrimiento de los terneros, así como de las vacas productoras de leche. LA LECHE NO ES UN PRODUCTO LIBRE DE CRUELDAD. |
El objetivo de este
artículo es, desmentir los mitos existentes sobre los lácteos y
entregarte información actualizada y científicamente respaldada por
importantes organismos de Salud Mundial. Eso sí, sólo se hablará de la
perspectiva nutricional ya que hay un capítulo en particular que se refiere a
la industria en sí misma:
· Procesos para la obtención
de leche,
· Su consecuente maltrato
hacia las vacas y terneros,
· La
desinformación sistemática de la sociedad respecto a estas prácticas
cotidianas.
La leche de vaca está adaptada a las
necesidades nutricionales de los terneros, que, a diferencia de
los bebés humanos, doblan su peso en 47 días (para los
humanos son 180 días), desarrollan cuatro estómagos, y pesan
1100-1200 libras en dos años. La leche de vaca contiene unas tres
veces la cantidad de proteína de la leche humana y casi un 50% más de grasa.
Ninguna especie además de la humana bebe leche
después de la infancia, y ninguna especie bebe la leche de otra especie (excepto los gatos y perros
domésticos, que aprenden el hábito de los humanos).
Después de los cuatro años de edad, la mayoría de las personas
desarrollan intolerancia a la lactosa, imposibilidad de digerir el
carbohidrato lactosa (presente en la leche), debido a que dejan de sintetizar
la enzima digestiva lactasa.
¿Pero nuestra salud?
¡Nuestros niños necesitan
calcio…!
Es cierto que los lácteos son una buena fuente de calcio, pero también lo son las hortalizas de hoja verde (como el brócoli y las alcachofas ), las legumbres, patatas, champiñones, frutos secos y semillas , aparte de las algas , que son el alimento más rico.
Estos alimentos logran satisfacer TODAS nuestras necesidades
nutricionales y, lo más importante, SIN RIESGOS PARA TU SALUD.
El prestigioso Dr. Michael Klaper afirma que:
“Los seres humanos no tienen absolutamente ninguna necesidad
nutricional de la leche de vaca”.
El "Proyecto
China" ,
el mayor estudio a largo plazo sobre la relación de la dieta y la salud,
dirigido por el Dr. Colin Campbell de la Universidad de Cornell en
los Estados Unidos, arrojo interesantes resultados: se ha
demostrado que los países del tercer mundo (generalmente en África y
Asia ) donde culturalmente jamás han consumido lácteos, no padecen
osteoporosis y otras enfermedades relacionadas; cuando adoptan los
hábitos occidentales, empiezan a desarrollar los mismos problemas de salud
que afectan a nuestras sociedades.
"Contrariamente a las pretensiones de la industria láctea, esta pérdida
ósea no es prevenida o detenida por un aumento del consumo de calcio tanto
como por un descenso en el consumo proteico (...). Los alimentos
ricos en proteína animal, como la carne, los huevos y los lácteos, lixivian
calcio del organismo para neutralizar los subproductos ácidos resultantes de
la descomposición del exceso de proteínas; esto provoca una pérdida neta
de calcio. (…). A pesar de que la leche tiene mucho calcio, este calcio no es
aprovechado convenientemente por nuestro organismo (en cambio un ternero sí
lo puede aprovechar de forma correcta).
Se han encontrado pruebas científicas sobre los riesgos de
salud que conllevan el consumo de leche de vaca. Estos problemas son provocados
por las proteínas, el azúcar, la grasa y los contaminantes que contienen los
lácteos. La lista de problemas asociados es interminable, destacando:
·
Alergias,
·
Infecciones
de amígdalas y oído,
·
Asma,
·
Anemia,
·
Diabetes
juvenil,
·
Enfermedades
coronarias,
·
Artritismo,
·
Sinusitis,
·
Leucemia,
·
Cáncer
(de colon, próstata, pecho, ovarios y recto),
·
Esclerosis
múltiple,
·
Osteoporosis,
·
Cataratas,
etc.
¿Qué hay de malo en los
productos lácteos?
A continuación te presentamos un texto que es original del PCRM,
siglas del Physicians Committee for Responsible Medicine (Comité
de Médicos por una Medicina Responsable) (http://www.pcrm.org). Este comité
estadounidense es una organización sin ánimo de lucro que fue fundada en 1985
y está apoyada por alrededor de 5.000 médicos y 100.000 seguidores. Entre sus
recomendaciones figura la dieta vegetariana sin lácteos (vegana).
1.-
Preocupaciones de Salud en Bebés y Niños
Las proteínas, el azúcar de la leche y la grasa saturada de
los lácteos pueden representar riesgos de salud para los niños y
conducir al desarrollo de enfermedades crónicas tales como obesidad, diabetes
y formación de placas ateroscleróticas que pueden conducir a problemas
cardíacos.
La Academia Americana de Pediatría recomienda que los bebés menores de un
año no reciban leche entera de vaca, ya que la deficiencia
de hierro es más probable con una dieta rica en lácteos. Los
derivados de la leche de vaca son muy bajos en hierro. Si se convierten en una
parte principal de la dieta, la deficiencia de hierro es más probable. Los
cólicos son una preocupación adicional en relación con el consumo de leche. Uno
de cada cinco bebés sufre cólicos. Los pediatras aprendieron hace
tiempo que la leche de vaca era la razón.
Ahora se sabe que las madres que amamantan pueden tener bebés
propensos a cólicos si dichas madres consumen leche de vaca. Los anticuerpos de las vacas pueden pasar del flujo sanguíneo de la madre a la leche de su pecho y así al bebé. Además, las alergias a los alimentos parecen ser un resultado común del consumo de leche, particularmente en los niños.
Un reciente estudio también asoció el consumo de leche de vaca al
estreñimiento crónico en los niños. Los investigadores sugieren que
el consumo de leche produce llagas perianales y dolor agudo al defecar,
conduciendo al estreñimiento.
El 90% de los pacientes de asma que fueron sometidos
a una dieta totalmente vegetariana (sin carne, huevos o lácteos)
experimentaron grandes mejorías en la frecuencia e intensidad de sus ataques (6).
Según la Academia Americana de Alergias, Asma e
Inmunología, la leche es la primera causa de alergias
alimentarias en los niños, provocando síntomas tan diversos como mucosidad
nasal etc.
2.-
Osteoporosis
La leche se recomienda para prevenir la osteoporosis, aunque la
investigación clínica muestra que esto no es cierto. El Estudio
de Salud de Enfermeras de Harvard , que siguió a más de 75.000
mujeres durante 12 años, mostró que el aumento en el consumo de leche no
tiene un efecto protector sobre el riesgo de fracturas. De hecho, el consumo
superior de calcio procedente de los lácteos estaba asociado a un mayor
riesgo de fracturas. Un estudio australiano obtuvo los mismos resultados.
Además, otros estudios han demostrado que no hay ningún efecto protector de
calcio lácteo sobre los huesos. Se puede reducir el riesgo de osteoporosis
reduciendo el consumo de sodio y proteína animal en la dieta, aumentando el
consumo de frutas y verduras, haciendo ejercicio , y asegurando un adecuado
consumo de calcio procedente de vegetales tales como las hortalizas de hoja
verde y las legumbres, así como productos enriquecidos con calcio como los
cereales de desayuno y algunos jugos.
3.-
Enfermedades Cardiovasculares
Los productos lácteos -que incluyen quesos, helados, leche,
mantequilla y yogurt - aportan cantidades importantes de colesterol y grasa a
la dieta. Las dietas ricas en grasa y grasas saturadas pueden aumentar el
riesgo de diversas enfermedades crónicas como son las enfermedades
cardiovasculares. Una dieta vegetariana baja en grasas que elimine los
lácteos, en combinación con el ejercicio, dejar de fumar, y combatir el
estrés, permite no solo prevenir los problemas cardiacos, sino también
recuperarse de ellos.
Robert Cohen, autor de
"Leche: el Veneno Mortal", estima que, cuando el americano medio llega a los 50 años, ha
consumido la misma cantidad de colesterol procedente de los lácteos que el
contenido en 1 millón de lonchas de bacon (2).
4.- Cáncer
Diversos tipos de cáncer, como el de ovario, han sido
relacionados con el consumo de lácteos. El azúcar de la leche, la lactosa, se
descompone en el organismo en otro azúcar, la galactosa . A su vez, la
galactosa se descompone más por la acción de las enzimas. Según un estudio
del Dr. Daniel Cramer y sus colegas de Harvard ,
cuando el consumo de lácteos excede la capacidad de las enzimas de
descomponer la galactosa, pueda acumularse en la sangre y pueda afectar a los
ovarios femeninos. Algunas mujeres tienen niveles particularmente bajos de
estas enzimas, y cuando consumen lácteos de forma regular, su riesgo de padecer
cáncer de ovario puede alcanzar el triple que en otras mujeres.
Los cánceres de mama y próstata también han
sido relacionados con el consumo se lácteos, presumiblemente
asociado, al menos en parte, al aumento de una sustancia llamada factor de
crecimiento similar a la insulina (IGF-1). El IGF-1 se encuentra en la leche
de vaca y se ha demostrado que aparece en niveles superiores en la sangre de
individuos que consumen lácteos de forma regular. Otros nutrientes que
aumentan el IGF-1 se hallan también en la leche de vaca. Un reciente estudio
demostró que los hombres que poseían los mayores niveles de IGF-1 tenían más
de cuatro veces el riesgo de cáncer de próstata en comparación con aquellos
que poseían los niveles más bajos.
5.-
Diabetes
La Diabetes dependiente de insulina (tipo I o inducida en la
infancia) está asociada al consumo de lácteos. Estudios epidemiológicos de
diversos países muestran una fuerte correlación entre el uso de lácteos y la
incidencia de esta diabetes. Los investigadores descubrieron en 1992 que una
proteína específica de los lácteos provoca una reacción autoinmune, que se
sospecha que es lo que destruye las células productoras de insulinas del
páncreas.
6.-
Intolerancia a la lactosa
La intolerancia a la lactosa es común en muchas poblaciones, afectando
en Norteamérica aproximadamente al 95% de los asiáticos, al 74% de los
nativos americanos , al 70% de los africanos , al 53% de los mexicanos ,
y al 15% de los caucásicos . Los síntomas, que incluyen molestias
gastrointestinales, diarrea y flatulencia, suceden porque estos individuos no
poseen las enzimas que digieren la lactosa. Además, aparte de estos síntomas
no deseados, los bebedores de leche se están también arriesgando a
desarrollar otras enfermedades crónicas y dolencias.
7.-
Toxicidad de la Vitamina D
El consumo de leche puede que no proporcione una fuente consistente y
fiable de vitamina D en la dieta. En los muestreos de leche se han encontrado
variaciones significativas en el contenido de vitamina D, con algunas muestras
que presentan hasta 500 veces el nivel indicado, mientras que otras poseían
poca o ninguna. Un exceso de vitamina D puede ser tóxico y puede
provocar niveles excesivos de calcio en la sangre y en la orina, una
absorción superior de aluminio por el organismo y depósitos de calcio en los
tejidos blandos.
8.-
Contaminantes
Se suelen utilizar comúnmente hormonas sintéticas como la hormona de
crecimiento bovino recombinante (rBGH) para las vacas lecheras con el fin de
aumentar la producción de leche. Cuyos fabricantes dicen que aumenta la
producción de la vaca en un 20%. Eso no es todo. Según la advertencia gubernamental
que, por ley, debe acompañar los paquetes de la BGH de la
empresa Monsanto, el uso de esta hormona "ha sido asociado con incrementos
de quistes ováricos y desórdenes del útero" y puede aumentar el
número de vacas aquejadas de mastitis (11). Las tasas superiores de
infecciones en las vacas han conducido al aumento en el uso de antibióticos -
en un momento en que los científicos dicen que el abuso de antibióticos ha
provocado que cada vez más cepas de bacterias se vuelvan resistentes a los medicamentos. La Unión de
Consumidores, que publica la revista Consumer Reports, advierte que unas tasas superiores de infección
en las vacas también significan mayor presencia de pus en la leche que se
consume (12). Algunos investigadores también desconfían de los
efectos a largo plazo del consumo de leche de vacas tratadas con BGH. Por
ejemplo, el Dr. Samuel Epstein, profesor de sanidad ambiental en la
Escuela de Salud Pública de la Universidad de Illinois, cree
que dicha leche podría aumentar el riesgo de ciertos tipos de cáncer
en los humanos (13).
Como puedes ver, la
creencia popular de que los lácteos son
el "alimento perfecto" ya no se encuentra dentro de los estamentos de la ciencia y medicina. ¡¡¡Incluso, son considerados peligrosos para la salud!!!
Es una vida de vacas
Las vacas de nuestras granjas actuales viven sólo unos 4 o 5
años, en contraposición a la esperanza de vida de 20-25 años que gozaban
las vacas de épocas anteriores. Para mantener a los animales en altos niveles
de productividad, los lecheros las mantienen constantemente
embarazadas mediante la aplicación de la inseminación artificial.
Los granjeros también usan una gama de drogas, como la hormona de
crecimiento bovino (BGH); la prostaglandina, que se usa para provocar el
celo a la vaca cuando el granjero desea que sea inseminada; antibióticos;
e incluso tranquilizantes, para influenciar la productividad y el
comportamiento de las vacas.
¿Qué le sucede al ternero?
Quizás el mayor dolor sufrido por las vacas de la industria lechera es
la repetida pérdida de sus crías. Los machos son generalmente apartados de
sus madres en las primeras 24 horas y vendidos por subasta para la
escandalosa industria de la ternera o a los productores de vacuno. Si se mata
la ternera de joven, su cuarto estómago es también usado en la elaboración
del queso; contiene renina, un enzima usado para cuajar (o coagular) la leche
y convertirla en queso. El cuajo, de cuya membrana es un extracto la renina,
también puede ser usado en este proceso. Es posible producir queso sin cuajo
(disponible en tiendas de dietética), pero la íntima conexión entre las
industrias lecheras, cárnicas y peleteras hacen que sea más barato para los
productores de queso usar despojos de ternero que un enzima de origen
vegetal. Tras 60 días, la vaca será embarazada de nuevo. Durante unos siete
meses de sus siguientes nueve meses de embarazo, a la vaca le seguirán
ordeñando la leche destinada para su ternero anterior. Una típica vaca
lechera industrial parirá tres o cuatro veces en su corta vida. Cuando su
producción de leche decae, es enviada al matadero.
Referencias:
(1) Dana Wood, W, Nov.
1996, p. 114.
(2) Robert Cohen, “Milk:
The Deadly Poison,” Earth Island Journal, Summer (Southern
Hemisphere) 1997-98, p. 19.
(3) “Calcium: High
Intakes May Double Hip Fracture Rates,” Lunar Osteoporosis Update, Nov. 1997.
(4) Neal Barnard, M.D., Eat
Right, Live Longer (New York: Harmony Books, 1995), p.162.
(5) John A. McDougall,
M.D., and Mary A. McDougall, The McDougall Plan (Piscataway, N.J.: New
Century Publishers, Inc., 1983), p. 52.
(6) John Robbins, Diet
for a New America (Walpole, N.H.: Stillpoint Publishing, 1987), p.300.
(7) “Some Doctors Can’t
Swallow ‘Drink Your Milk’ Admonition,” Las Vegas Review-Journal, 8
Mar. 1996.
(8) McDougall, op.cit.,
pp. 49-50.
(9) Jack Anderson and
Dale Van Atta, “Stray Voltage Killing U.S. Dairy Cows,” The Washington Post,
9 Aug. 1989.
(10) Marla Cone, “State
Dairy Farms Try to Clean Up Their Act,” Los Angeles Times, 28 Apr.
1998, p. A1.
(11) The Humane Farming
Association, “Special Report: Bovine Growth Hormone,” 1994.
(12) Kathleen Day,
“Dairy, Consumer Groups Udderly at Odds on Cow Hormone,” The Washington Post,
2 May 1995, p. D1.
(13) Anita Manning, “Risk
of Cancer Debated,” USA Today, 23 Jan. 1996, p. 1D.
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