Los ojos del mundo están situados en la catástrofe provocada en Japón por un tsumani y un terremoto. Pero, al otro lado del mar, en Corea del Sur, millones de cerdos son enterrados vivos por el tsunami de la ignorancia y la crueldad del ser humano. Pero nadie habla de ello, porque sólo son animales... Una humanidad así merece que sobre ella lluevan todos los sufrimientos y desgracias que ocasiona a quienes no pueden defenderse y no nos han hecho ningún daño.
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